Un año sin frío, sin calor. Del tiempo, digo, que fue estupendo. De temperatura de ánimos resultó cálido, como suele ser costumbre. Vinieron muchos lectores –de mis libros, algunos– a curiosear por la caseta de la librería El Soto. Mayores y pequeños, sobre todo pequeños, que pese a las pantallas omnipresentes aún conservan ilusión por abrir un libro para ellos.

Pudimos comprobar que el libro más solicitado fue El loco de dios en el fin del mundo, de Javier Cercas, que relata la visita del papa Francisco a Mongolia. A Cercas, uno de los escritores españoles vivos –o no vivos– que más disfruto no necesita falta excusas para ser leído, pero es cierto que la campaña de promoción se les fue de las manos… En la Feria estaba ya agotado y en España ya era el libro más vendido.

Yo me conformé con promocionar mis dos nuevos libros: Lugares de película (editorial Libsa) y Juegos de palabras. Lo que las letras esconden (editorial ALMA). Han empezado su camino y espero que encuentren su destino en los hogares más curiosos.

Después llegaron las pizzas con los amigos y los niños.

Nos vemos el año que viene, ¿verdad?